Sábado, 18 de diciembre 2010
En Sevilla
Día de no hacer nada. De estar
tirada en el sofá, con una manta y una película.
Luis está con su familia. Han
venido sus tíos de Barcelona a pasar las navidades, y llegaron ayer por la
tarde. Desde entonces, hemos estado a base de whatsapps y mensajitos calientes,
pero nada más.
Y hoy tendré también toda la cama
para mí sola.
Cojo el cuaderno, algo ajado ya,
al que le quedan muy pocas páginas. Tendré que comprarme otro en breve. La
verdad es que he escrito algunas páginas con letra diminuta para que no se me
terminara, pero a todo le llega su fin.
Este cuaderno ha estado tanto
tiempo conmigo… Diego, la cafetería, noches de poesía, amor y desenfreno quedan
tan lejos ahora. Pensamientos, versos, recuerdos llenan las primeras hojas. Algunas
están llenas de frases, sin sentido más que en ellas mismas. Otras, son parte
de la historia de Lyria. Algunas más experiencias y pensamientos diarios. Son
palabras que han ido formando parte del camino hacia el día siguiente, hacia el
mes siguiente, el día a día de la vida. Son éstas las que lo conforman y
dirigen.
Lo dejo en el sofá, me levanto y
hago café. Las últimas páginas se merecen ser escritas con esmero, cariño y una
taza caliente en la mano. Serán el comienzo de un nuevo recorrido.